Hoy en día se está hablando mucho, tanto en el mundo académico como en el mundo productivo, de la necesidad de tener personas, gente de bien, trabajadores con buenas competencias, que le aporten positivamente tanto a la sociedad como a la actividad productiva. Y eso ¿cómo se logra?
Imaginar una personas de esas es pensar en las bases que ha tenido hacia atrás, que lo han construido, moldeado, tal cual está... y como eslabones de una cadena, el origen de todo es... su creación misma.. más, incluso.. el deseo, la irresponsabilidad, misma de quienes pensado, o no, decidieron traerlo al mundo.. y con ese acto, trasmitieron todos sus genes... y su historia de vida...
Por lo tanto pensar en cada eslabón hacia atrás es pensar en lo que le ha permitido su configuración.. si la educación o formación ha contribuido, o no, a mejorar ese perfil deseado.. por consiguiente, la pregunta es: ¿qué debe fortalecer o remediar la educación en ese proceso de educar o formar un buen ciudadano y una persona competente en el trabajo diario de futuro?.. pues lo que desde casa no se hizo... por lo tanto la necesidad de ahora, si bien desde el mundo productivo se exige que se requieren personas técnicas, lo que más se está exigiendo es que las personas tengan competencias de vida misma... por lo tanto volvemos al origen de todo.. y entonces ¿cuál es el papel de la educación y formación?
Esta es una muy buena reflexión para discutir.. y para explorar con mayores argumentos... así que aquí les dejo una muy buena contribución, haciendo click aquí....
La Dra Martha Arana y MSc. Nuris Batista inician con una serie de interrogantes como piso para el tema, además de la crisis de identidad y epistemología.
ResponderEliminarCrisis de identidad por no tener establecido claramente una meta común, crisis de fe por la incredulidad en un futuro mejor.
Crisis epistemológica, cuando se considera que se ha abarcado vastamente el conocimiento y se privilegia la razón, sin dar ubicación a lo afectivo.
Otros afirman que no hay valores, o que estos han cambiado de acuerdo a la nueva organización social, que se enfrenta a un desarrollo nanotecnológico-científico y a la globalización.
Pero este avance no responde a un desarrollo integral de la persona, haciendo que el vacio inicial se ahonde. El estudio del comportamiento del ser humano desde las diferentes ciencias sociales, encuentra su intersección en el interés de un crecimiento que atienda la naturaleza dual de la persona: materia y espíritu y como centro el conflicto entre el ser y el debe ser y como consecuencia el hacer y el saber hacer.
En el enfoque científico se encuentran igualmente contradicciones, pero desde ellas se puede determinar la importancia de este fenómeno social.
Para responder al interrogante de qué son los valores, desde la filosofía se define que “si el hombre crea el valor o lo descubre” Guervilla, 1994 nos presenta su definición desde varias disciplinas: “El valor como el poliedro posee múltiples caras y puede contemplarse desde variados ángulos y visiones, desde una posición metafísica, los valores son objetivos: valen por sí mismos; desde una visión psicológica, los valores son subjetivos: valen si el sujeto dice que valen; y desde el aspecto sociológico, los valores son circunstanciales: valen según el momento histórico y la situación física en que surgen” (p.31). Como cada una tiene una verdad relativa se hace necesario encontrar una concepción con elementos comunes.
Para Fabelo (1989) los valores permiten la contribución social, desde el perfeccionamiento del individuo, pero esto no se puede dar si el individuo está aislado de un bien común, pero considera que esta bidireccionalidad dada en donde la objetividad depende de la subjetividad y su carácter social, de la individualidad, y viceversa, quiere decir, que en el centro de la comprensión de los valores están las relaciones entre lo objetivo y lo subjetivo y entre lo individual y lo social, no es una definición completa.
Algo similar ocurre cuando se pretende formar en valores desconociendo esta dualidad y enfatizando en la incorporación cognitiva, se realizan actividades orientadas pero aisladas, cuando se imprimen las mismas reglas a la incorporación de un concepto, o que su asimilación se realiza en forma automática.
Para educar en valores a través de conocimientos, habilidades de valoración, reflexión en la actividad práctica con un significado asumido. Se trata de alcanzar comportamientos como resultado de aprendizajes conscientes y significativos en lo racional y lo emocional desde la relación de una realidad objetiva y los componentes de la personalidad. Para Aguirre (1995) Este proceso dura toda la vida
Presenta: Mª Constanza Henao C.