7 sept 2016

Los desafíos de los sistemas educativos...

Hace un tiempo atrás reflexioné por uno de los propósitos de la educación. Fuera de fortalecer la razón de ser del Ser Humano, como Ser, y en su relación con los otros, desde la concepción de ciudadanía, también está un factor fundamental: los propósitos del hombre en sociedad, desde su condición propia y responsabilidad colectiva, como fuente de riqueza, individual y colectiva.

En este sentido, para despejar dudas y darme tranquilidad, encontré una buena síntesis en una expresión del Santo Padre Francisco: en el trabajo también está la dignidad del hombre.

Por ello, pensar la educación dentro de los propósitos de una sociedad, de un País como Colombia, implica no mirar de manera miope su gran responsabilidad en cuento sociedad relacionada con otras sociedades en esta, como algunos la llaman, la aldea global. Por ello, lo que deje de hacer alguno lo estará haciendo otro. De allí la importancia de lo que se haga y promueva con la educación como estrategia estratégica para mejorar el porvenir colectivo.

Si el cambio tecnológico está desafiando el papel de la educación y con ella la respuesta social a las exigencias de ese entorno global, una buena reflexión me llega con la lectura de este artículo, titulado en español "la carrera entre hombre y máquina", que habla la paradoja que puede existir entre el desarrollo tecnológico y las exigencias ocupacionales (viejas vs nuevas) que ello puede producir para mejorar las condiciones de trabajo de las personas.

Y es que ésto está ámpliamente relacionado con lo que la educación desarrolla y promueve, como sistema, para el fortalecimiento de una sociedad más próspera en cuanto las exigencias de los entornos cambiantes y volátiles. De allí los interrogantes que me deja esta interesante presentación de la OCDE, que recomiendo su lectura cuidadosa y crítica. Una mirada sobre las nuevas habilidades para la productividad, la innovación y la inclusión social... Desafíos para nuestro sistema educativo.

Qué agradable sería entrar en diálogo con quien le interese estos temas.... y en el marco del actual desarrollo de la política pública en el País en materia de la creación e implementación del Sistema Nacional de Educación Terciaria.

4 ago 2016

Titulos Profesionales y Formación Profesional SENA

La formación profesional integral del SENA se enmarca, desde su origen de creación en 1957, en la necesidad de formar personas calificadas para las necesidades del sistema productivo nacional, sin obligación de regirse por los requerimientos formales del sistema educativo. Es por ello que después de la constitución de 1991 el marco normativo nacional definió un régimen especial para el SENA (Ley 119 de 1994), como líder para el país del sistema nacional de formación profesional, paralelo al sistema educativo nacional tradicional (Ley 30 de 1992 y Ley 115 de 1994). Este último ligado al reconocimiento vía títulos de la educación formal y el primero ligado al reconocimiento vía certificados de la educación no formal –ahora educación para el trabajo y el desarrollo humano, Ley 1064 de 2006- e informal.

A nivel internacional (clasificación UNESCO CINE, Clasificación Internacional Normalizada de Educación) se distinguen dos naturalezas educativas: la General, o Académica, y la Vocacional, o Técnica-Práctica. Y el concepto profesional, como concepto general, en muchos casos a nivel internacional -por el desarrollo de sus sistemas educativos-, da cuenta de estas dos naturalezas. Por lo que la Formación Profesional Integral del SENA, como parte de la concepción Vocacional o Técnica, no constituye la concepción profesional que refiere la educación académica en Colombia. 

De acuerdo con la Real Academia de la Lengua, Profesión (del Latín professio, -ōnis ) significa:
1. f. Acción y efecto de profesar.
2. f. Empleo, facultad u oficio que alguien ejerce y por el que percibe una retribución.
3. f. Conjunto de personas que ejercen una misma profesión.
4. f. Ceremonia eclesiástica en que alguien profesa en una orden religiosa.

Profesional significa:
1. adj. Perteneciente o relativo a la profesión.
2. adj. Dicho de una persona: Que ejerce una profesión. U. t. c. s.
3. adj. Dicho de una persona: Que practica habitualmente una actividad, incluso delictiva, de la cual vive. Es unrelojero profesional. U. t. c. s. Es unprofesional del sablazo.
4. adj. Dicho de una persona: Que ejerce su profesión con capacidad y aplicación relevantes. U. t. c. s.
5. adj. Hecho por profesionales y no por aficionados. Fútbol profesional.

Teniendo en cuenta que se le ha de llamar Profesional a aquella persona que ejerce una Profesión y que son Profesiones todas aquellas actividades clasificadas dentro de una misma categoría, poseedora de sentido económico y social, podría establecerse, por lo tanto, que Profesión es la acción y efecto de profesar y/o ejercer un oficio, una ciencia, una disciplina o un arte. Y que por esta clasificación con sentido resulta ser el empleo o el trabajo que alguien ejerce y por el cual recibe una retribución económica, de acuerdo con el grado de responsabilidad y autonomía que le amerita su ejercicio profesional.

Por lo anterior, el concepto de la Formación Profesional que desarrolla el SENA, e Integral como una auto-responsabilidad declarada para humanizar la formación técnica, conlleva a formar y calificar (cualificar), desde el hacer práctico, personas para el ejercicio pleno de actividades productivas, clasificadas con sentido económico y social, de acuerdo con requerimientos y perfiles ocupaciones. De allí que esta concepción de formación profesional no se contrapone con la concepción de títulos profesionales que desarrolla el sistema educativo nacional (Técnicos Profesional, Tecnólogos y Universitarios), ya que éstos títulos académicos perfilan –como promesa- la capacidad profesional de una persona mediante un proceso formativo desde el abordaje y concepción académica; y no práctica como el primero.

La formación profesional integral que desarrolla el SENA tiene esa relación e intencionalidad directa entre el deseo y la generosidad del maestro por enseñar y formar en la práctica, desde el que-hacer de su experticia, al aprendiz que tiene el interés y la motivación por recibir y aprender, dejarse enseñar, generosamente, desde el proceso formativo del maestro para un desarrollo profesional equivalente al del Maestro; en experticia, conocimientos, habilidades y destrezas. Y para el caso de la formación académica, este qué-hacer está ligado más al proceso de enseñanza-aprendizaje a partir del desarrollo teórico y disciplinar de los conceptos, como apuesta asertiva, desde el conocimiento, para un ejercicio profesional acorde con su formación académica que le define su título (cualificación).

17 feb 2016

Por una nueva institucionalidad educativa y formativa en Colombia

A mediados del siglo pasado, Colombia se enfrentaba a dos contextos adversos en cuanto a sus propósitos de consolidar un modelo de País para el desarrollo económico, político y social de sus habitantes: por un lado, un contexto interno, de histórica y eterna violencia política (bi-partidista), por la configuración y consolidación de un Modelo de Estado acorde con los intereses contrapuestos (Liberales/federalistas vs Conservadores/Centralistas); por el otro, un contexto externo, de crisis económica (con secuelas políticas) producto de la segunda guerra mundial, que condicionó  la precaria capacidad de desarrollo industrial.
Desde estas dos realidades, desde el propósito de configurar un modelo de Estado y un modelo de desarrollo País, Colombia se ha enfrentado, y se sigue enfrentado, con la dificultad de consolidar una institucionalidad que asegure su identidad en cuanto un modelo de desarrollo; que pueda estar soportado por claras definiciones en materia de educación y formación. Y esa precariedad se puede observar más claramente con la revisión y evolución reciente de las políticas en esta materia.
Con la Constitución de 1991, con la cual que se quiso superar una serie de dificultades políticas internas, y así mismo ajustar la estructura del Estado al nuevo contexto geopolítico internacional (el fin de la guerra fría) y a las exigencias de los organismos multilaterales (por la crisis de la deuda externa), el gobierno de turno comienza a desarrollar una institucionalidad proclive a los propósitos de desarrollo económico y social del País y que aún no hemos consolidado. Ya que el factor capital humano, como punto de reflexión en este escrito, que desde siempre se ha establecido como requisito indispensable para el desarrollo del aparato productivo, no ha estado clara y coherentemente definido y tratado en la agenda de los distintos gobiernos. Por ello hoy día el propósito de crear un Sistema Nacional de Educación Terciaria viene causando tanta intranquilidad en todo el estamento educativo y formativo del País.
Cuando el informe Mónitor del año 1993 define que son siete los sectores estratégicos para la productividad y competitividad del País, y que el factor capital humano es clave y fundamental para su desarrollo, tres leyes asociadas a este propósito se gestaron con particulares definiciones pero que hoy día, después de 20 años de desarrollo normativo, nos tienen en un entramado institucional contrario a esta aspiración. Y que el pretendido sistema nacional de competitividad e innovación no ha logrado involucrar coherentemente a sus estrategias de actuación.
Por un lado, con la Ley 30 de 1992 se buscó organizar la educación superior del País, después de los desarrollos logrados en este sector conforme lo establecido por el Decreto 80 de 1980. Allí se establece que el acceso a este nivel –de educación formal- se lograría por quien hubiese terminado la educación media y tuviese los méritos requeridos por cada institución habilitada, conforme su autonomía institucional. Así mismo definió que este nivel tendría tres denominaciones de formación y titulación de pregrado: Técnico Profesional, Tecnólogo y Universitario. Pero luego, por virtud de la Ley 749 de 2002, bajo el concepto de ciclos propedéuticos, el ingreso a la educación superior se puede hacer con el desarrollo de programas de formación técnica profesional desde el término de la educación básica secundaria.
De otro lado, con la Ley 115 de 1994, denominada Ley General de Educación, se establecen las categorías de Educación Formal, No Formal e Informal. Siendo la Educación Formal “aquella que se imparte en establecimientos educativos aprobados, en una secuencia regular de ciclos lectivos, con sujeción a pautas curriculares progresivas, y conducente a grados y títulos”. Señalando además que posterior al nivel medio, formal, sigue el de la educación superior regido por la Ley 30. Sobre la educación No-Formal señala que “es la que se ofrece con el objeto de complementar, actualizar, suplir conocimientos y formar en aspectos académicos o laborales sin sujeción al sistema de niveles y grados”, o títulos de la educación formal. Y sobre la educación Informal reza que es “todo conocimiento libre y espontáneamente adquirido, proveniente de personas, entidades, medios masivos de comunicación, medios impresos, tradiciones, costumbres, comportamientos sociales y otros no estructurados”. Además, con esta Ley se comienza a introducir el concepto de Educación/Formación para el trabajo.


Concomitante con la Ley 115, se promulga para ese mismo año la Ley 119 que re-estructura el SENA, dejando vigente el concepto de la Formación Profesional, como formación para el trabajo, con el cual fue creada esta institución en 1957, como parte de la estructura del Estado, y con el propósito de promover y atender los requerimientos de cualificar y formar el recurso humano requerido por la incipiente industrialización nacional. De allí que su misión reza que “El SENA está encargado de cumplir la función que le corresponde al Estado de invertir en el desarrollo social y técnico de los trabajadores colombianos, ofreciendo y ejecutando la formación profesional integral, para la incorporación y el desarrollo de las personas en actividades productivas que contribuyan al desarrollo social, económico y tecnológico del país”.
Con base en estas tres normativas, la institucionalidad que se ha desarrollado ha configurado escenarios difíciles para propender por una estructuración clara y coherente que fomente la formación de capital humano requerido para los propósitos de productividad y competitividad que requiere el País; ya que los diversos informes entregados por el Sistema Nacional de Competitividad así lo indican. Porque no se tiene un sistema, una clara institucionalidad, en toda su extensión de la palabra, incluyente, que reconozca las capacidades, competencias, de las personas en cuanto los requerimientos de pertenencia que exige la inobjetable globalización económica.
El CONPES 3674 de 2010 ha querido atender este desafío, como estrategia de política pública, pero la institucionalidad creada, bajo el aparo de estas tres normativas, está impidiendo que se logren verdaderos propósitos de país, asociados a la configuración de un modelo de desarrollo promovido por un sistema educativo y formativo más proclive a los propósitos de un Estado mucho más próspero y justo para todos. Por lo tanto, pensar en un sistema educativo y formativo, distinto, desde el enfoque de derechos, requiere ordenar/construir una institucionalidad más incluyente para todos; y en ese sentido, a determinar con claridad el papel de los diversos actores involucrados (entre ellos al SENA).
El pretendido Sistema Nacional de Educación Terciaria (SNET), en consecuencia, inscrito en el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, artículo 58, se convierte en un pretexto (necesario) para configurar una nueva institucionalidad que permitiría ordenar lo que hasta ahora se ha constituido, bajo el amparo de esta (obsoleta) normativa vigente, en un muro de contención de facto y en contra de las tendencias internacionales. Ya que pretende poner a conversar y hacer entender varios conceptos existentes en torno a un único concepto: las cualificaciones. Que es lo que el mercado del trabajo, a nivel internacional, ahora se está exigiendo.

20 nov 2015

Sobre los objetivos de desarrollo (del milenio; ahora sostenible) de la ONU

Recientemente en la Asamblea 70 de las Naciones Unidas, organismo multilateral creado para facilitar una mayor armonía de convivencia humana, desde la geopolítica, entre los países de nuestra Casa Común -como la llama el Papa Francisco, al Planeta Tierra-, declararon una serie de objetivos de desarrollo humano, llamados de sostenibilidad, como segunda fase a los declarados en el año 2000 y denominados del mileno.


Esta declaración y estos objetivos, como meta compartida entre todos los miembros, se convierte en un gran referente para las políticas públicas de los diversos participantes de la asamblea para perfeccionar sus acciones de gobierno en procura de hacer más efectivo los propósitos del Estado en cuanto las aspiraciones ciudadanas. Entre ellas las políticas educativas para países, que como el nuestro, Colombia, ameritan un mayor esfuerzo de coordinación y decisión de política estratégica para que se convierta, por fin, en el verdadero motor de desarrollo, económico y social, al que todos los colombianos aspiramos.
Una invitación, en estas reflexiones, es leer estos informes y contribuir con el perfeccionamiento, en el ciclo mismo, de estas políticas educativas, en el que hacer los diversos gobiernos que confirman la estructura administra del Estado Colombiano.

Los que amamos la educación y nos interesa su mejor porvenir, estamos obligados a ello. 

21 jul 2015

Continuando con la propuesta de Política Pública sobre el SNET

Después de un gran recorrido de la política pública en Colombia, para la creación del Sistema Nacional de Formación de Capital Humano (CONPES 3674/10), que tiene como antecedente y soporte los lineamientos para la consolidación y el fortalecimiento del Sistema Nacional de Formación para el Trabajo (CONPES 81/04), el artículo 58 de la Ley 1753 de 2015 del Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018, que crea el Sistema Nacional de Educación Terciaria -SNET-, pone por fin la obligatoriedad para que el Estado Colombiano avance en esta necesidad, ya que los requerimientos de capital humano, con calidad y pertinencia, están limitando el avance del sector productivo del país.

El debate para esta creación debe seguir, con mayor profundidad y concreción de acciones. Por lo tanto se hace necesario ampliar la reflexión y promover la construcción de propuestas para esta construcción, para la configuración de un sistema educativo y formativo incluyente, en lo económico y social, para el País.

Por esta razón, replico aquí varias columnas que hasta el momento se han escrito, a raíz de esta iniciativa.

Lo primero es consultar el documento de política pública, publicado por el Ministerio de Educación Nacional.

Lo siguiente es darle una revisión a las siguientes columnas publicadas en medios impresos y digitales:



4 jul 2015

Política Pública y Educación Terciaria en Colombia

Después de un gran recorrido de la política pública en el País, desde la Constitución de 1991, la concepción de la educación y la formación como soportes para la formación del capital humano que requiere Colombia, con claras necesidades de inserción competitiva al mercado global, tiene en el actual Plan Nacional de Desarrollo "Todos por un nuevo País" 2014-2018 una interesante oportunidad de clarificarse con los propósitos de crear el Sistema Nacional de Educación Terciaria.

Este concepto, de acuerdo con la Clasificación CINE de la UNESCO, hace referencia con toda aquella formación y educación posterior a la educación secundaria. Por lo tanto nuestro sistema educativo y formativo colombiano deberá hacer una revisión de cómo está su estructura para clarificar sus definiciones y por lo tanto dar respuesta a este nuevo concepto, más ahora que Colombia quiere ingresar al Club OCDE.

Por ello resulta interesante poder asistir a este lanzamiento que Invita el Ministerio de Educación Nacional, donde se presentará en sociedad los lineamientos iniciales de esta propuesta. Que desde la política pública se concibe como relevante para la construcción colectiva. Conocer, Participar, Aportar y deliberar propositivamente y colaborativamente, en estas intenciones de política pública, es la clave para construir verdaderamente un nuevo País: más solidario, incluyente y próspero... no como frase política sino como idea de sociedad.

30 abr 2015

Lo que nos pasa, porque lo dejamos pasar

Hace unos años atrás, después de mis estudios de Maestría, me pregunté sobre los costos de oportunidad que genera para el desarrollo de las ciudades, así como para cualquier pueblo colombiano, la no continuidad de políticas públicas de interés colectivo. En otras palabras, más coloquiales, qué implica no seguir construyendo sobre lo construido.
Desde mi visión económica, no ortodoxa, existen muchos argumentos que demuestran, dependiendo del enfoque trascendente de las cosas, que los costos son relativos en cuanto a los fines políticos, de la continuidad –o no- de ciertas políticas públicas. En otras palabras, todo depende.
Pero como cualquier persona de bien, interesado de una convivencia social armónica, deseoso de un mayor bienestar colectivo, sin complicarme la vida pensando en lo que nos hace distintos –todo lo contrario, lo que nos hace semejantes-, considero que construir sobre lo construido es lo más sensato; aunque haya que pulir algunas cosas (porque la sociedad hay que recrearla).
Por lo anterior, cuando reviso lo que acontece en el País, por estos días, de manera general, observo que estamos viviendo nuestra propia realidad. Realidad histórica, como estructura institucional, construida y replicada, una y otra vez, y cuyos orígenes siguen vigentes. La incoherencia política e ideológica que sobre una visión de Estado-Nación aún no logramos concretar. Porque la consigna es: sálvese quien pueda, no de papaya pero aproveche toda la papaya que le den, etc.   
Esa lógica de desunión, de falta de caridad humana, de desconfianza y “viveza”, del que es avispado y verraco, del que es un duro y un putas, es la que ha logrado configurar la cultura social que hoy nos molesta tanto (pero cuando quien la evidencia es el otro). Porque no existe la conciencia colectiva que son esas las actitudes las que a todos nos afecta como sociedad. Y, por lo tanto, al no autocensurarnos, el ser conscientes que debemos alimentar nuestro propio auto-gobierno, es lo que alimenta, día a día, la institucionalidad que tanto nos distingue: ser legales en la forma (aparentar) pero ilegales en el fondo (aprovechar toda papaya puesta). Y de eso somos todos, incoherentemente, conscientes (empezando por nuestros políticos).
Ahora que estamos en los diálogos de paz en la Habana, entre el Gobierno Nacional y la FARC, en el paro de los Maestros Colombianos en cabeza de FECODE, en pulso político con el Ministerio de Educación Nacional, que cada día hay más colados en el Sistema Trans-Milenio en la Ciudad de Bogotá, entre otras muchas cosas, la pregunta que me hago es: ¿no es esto un mismo síntoma, como guion, de varias películas que a diario vemos en nuestra sociedad?
El deseo de construir una sociedad distinta a ésta, que tanto los molesta (en verdad), nos debe llevar a acordar (de fondo) una nueva manera de convivir y alcanzar un mayor progreso social. Y eso tiene que ver con el papel que debe jugar la educación en este nuevo ordenamiento social, a partir de la construcción de una nueva institucionalidad. Una institucionalidad incluyente, como lo postulan Acemoglu y Robinson @whynationsfail.
A mi modo de ver, por mi pasión en los temas educativos y formativos, dado el inobjetable contexto global y económico que nos rodea, con cambios vertiginosos en todos los procesos productivos, a causa de los mismos procesos de innovación y desarrollo tecnológico, que desafían los rígidos sistemas educativos y formativos, deberían ser los mismos procesos innovadores (disruptivos) de los sistemas educativos y formativos la solución, como respuesta a estos grandes desafíos.
La exclusión e incoherencia política (e ideológica) que el país ha mantenido hasta el momento (desde la misma independencia), sobre el papel de la educación y formación (práctica) en el desarrollo económico y social del país (con base en las ideas del libro "El Ideal de lo práctico" de Frank Saford), evidencia la triste construcción de la institucionalidad “no incluyente” que vive el país.

Por eso considero, aprovechando el momento político que estamos viviendo, donde la educación está por primera vez en el primer lugar de la agenda nacional, para que entre todos, padres de familia, docentes y gobierno, hagamos un verdadero pacto por la educación que este país merece; como verdadera estrategia de desarrollo económico y progreso social. Reconociendo que el sistema educativo debe tener buenos docentes, bien pagos y socialmente reconocidos como claves en esta apuesta. Y que las familias deben estar más comprometidas con un sistema educativo de calidad, donde la Co-Formación (Escuela/Docentes y Familia) sea un requisito fundamental en esta apuesta. Y que el Gobierno Nacional, con visión de Estado, promueva en el diseño y el desarrollo de políticas públicas necesarias –de largo aliento- para afianzar ese gran propósito de construir progresivamente una institucionalidad incluyente. Para la concreción de una prosperidad colectiva, desde la diferencia, la inclusión y la equidad.

Las Competencias

Discurso Steve Jobs - Apple.......

http://youtu.be/MHFIeDXgyBw

¿Sabia Usted que....?

¡Basta de Historias! La obsesión latinoamericana con el pasado y las 12 claves del futuro

Una entrevista de CNN con Andrés Oppenheimer (periodista y editor del Miami Herald para América Latina) quien lanza su libro “¡Basta de Historias! La obsesión latinoamericana con el pasado y las 12 claves del futuro”.

Habla sobre la importancia de la educación para el desarrollo de nuestros países y señala el papel que, para el mejoramiento de la calidad educativa, deben cumplir el Gobierno, los docentes, los empresarios, el sindicato.

Comparto las dos sesiones de toda la entrevista, porque contiene planteamientos muy interesantes.

Entrevista - Primera parte (15 minutos)

Entrevista - Segunda parte (8 minutos)

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